terça-feira, 23 de outubro de 2007

Menos crianças e mais livros infantis. Como pode?

El Mercurio (Chile) - 21/10/2007 - por Estefanía Etcheverría

Cada vez nascem menos crianças no Chile, mas o mercado de literatura infantil apresenta um crescimento surpreendente. Um dos rostos deste estouro de vendas é Mauricio Paredes, o chileno mais conhecido depois de Marcela Paz. Paredes tornou-se o preferido das professoras, e não foi por levar maçãs para elas nas aulas. Graças a esta preferência, o escritor de 34 anos tem saltado de cabecinha em cabecinha, conquistando a atenção das crianças com livros como Ay, cuánto me quiero!, La familia Guácatela e La cama mágica de Bartolo (sem publicação no Brasil).

Foto: José Alvújar

São sete títulos no total, que lhe dão o primeiro lugar nas vendas, neste boom que vive a literatura infantil no Chile. Se não aparece no ranking dos mais vendidos, não é por se tratar de um fenômeno de menor importância, mas pelas características próprias do mercado infantil. Leia a entrevista abaixo »


El Mercurio, Santiago de Chile, domingo 21 de octubre de 2007
ARTES Y LETRAS/MERCADO EDITORIAL. Habla uno de los fenómenos de venta de libros infantiles en Chile


Mauricio Paredes:
"El que siga pensando que la literatura infantil es un género menor, es muy ignorante o no tuvo infancia"

En Chile cada vez nacen menos niños, pero el mercado de la literatura infantil muestra un sorprendente crecimiento. Uno de los rostros de este boom es Mauricio Paredes, el chileno que más vende después de Marcela Paz.

ESTEFANÍA ETCHEVERRÍA

Sin manzana de por medio, Mauricio Paredes se ha posicionado como el preferido de las profesoras. Gracias a este favoritismo, el escritor de 34 años ha podido saltar de cabecita en cabecita atrapando la atención infantil con libros como "¡Ay, cuánto me quiero!", "La familia Guácatela" y "La cama mágica de Bartolo". En total siete títulos que le dan la corona de ventas dentro del boom que vive la literatura para niños en Chile. Y si no aparece en el ranking de los más vendidos no es porque se trate de un fenómeno menor, sino por las características propias del mercado infantil. Porque, como explica Fernando Mujica, de La Librería de Valdivia, "estos libros en general son long-sellers, es decir se venden mucho, pero en un período prolongado".

Sin receta

"Insistí e insistí hasta que mi mamá me lo compró. QUÉ FELICIDAD. Pero qué pena, porque como es tan bueno ese libro y ya me lo estoy terminando tengo pena porque se va a acabar", estas palabras están en www.habiaotravez.com, sitio web de Paredes y portal mágico donde niños, papás y profesores pueden escribirse con el autor o con los personajes de sus libros. Ahí también pueden leer fragmentos de sus historias, bajar ilustraciones para el messenger, aprender a dibujar a los personajes o pedirle que visite un colegio. "Estas presentaciones son la conexión más directa. Es espectacular ver a los niños riéndose a carcajadas cuando les leo fragmentos o escuchando con los ojos ansiosos por saber qué es lo que va a pasar".

-¿En quién piensas cuando escribes, en los niños, sus padres o sus profesores?
"La verdad, en nadie. Hay una especie de lector abstracto, pero en el fondo me escribo a mí mismo cuando tenía, digamos, nueve años. Invento los libros que a mí me habría gustado leer cuando niño".

-¿Cuál es el objetivo que buscas cuando te sientas a escribir?
"Disfrutar, disfrutar y disfrutar. Incluso cuando estoy escribiendo una parte triste o ahora que estoy trabajando en un libro de terror. Es la fantástica intensidad de emociones que sentimos cuando ejercemos nuestra creatividad, y me refiero en todo ámbito, la alegría impetuosa que tenemos cuando se nos ocurre una idea. Yo concibo la creación artística como una celebración".

-¿En qué dosis administras entretención y educación, fantasía y realismo?
"No creo en las recetas. De hecho, me fastidian los textos 'prefabricados' con temas de moda, pastiches comerciales; o aquellos que buscan adoctrinar a los niños, tratándolos como si fueran tontos. Por otro lado, un buen libro por supuesto que entretiene y también educa, en el profundo sentido de la palabra. Los libros trascendentes son aquellos en donde, una vez que lo he terminado, soy una mejor persona"."Sí, hay un boom"

-¿Se puede hablar de un boom de la literatura infantil?
"Claramente, sí. Me voy a concentrar en tres ámbitos. Lo primordial es el cambio de idiosincrasia que se está dando. Cada vez más gente comprende lo esencial de la relación positiva entre los niños y los libros. El placer de leer. Proponer y no imponer. Los padres saben que los cuentos deben estar presentes desde la cuna e incluso antes, como estimulación intrauterina. La segunda dimensión es la de las cifras, la cuantitativa. Tengo guardada una revista del año 2001 en donde se mencionaba que un autor de libros para niños exitoso vendía unos 2.000 ejemplares al año. Yo, que publiqué mi primer libro el año 2002, voy a estar por sobre los 20.000 libros en el 2007. Finalmente está la tarea pendiente: la calidad. Falta desarrollar el paladar literario, que padres y profesores tengan criterios de selección más allá del precio".

-¿Qué es más popular, poesía o narrativa?
"He oído que se publica mucha más poesía y se vende mucha más narrativa. En el medio infantil, creo que falta más poesía humorística. Opino que no hay nada malo con un poema nostálgico, pero ¿de qué puede sentir nostalgia un niño de siete años?"

-¿Cuáles son los subgéneros más apetecidos?
"Tengo una visión en cierta medida discrepante con la clasificación temática. Más allá de si un libro se trata de extraterrestres o dinosaurios, me interesan las emociones que provoca. Risa, miedo, curiosidad, intriga, romance. Una experta en literatura infantil me contó que una vez una niña le dijo: 'Ando buscando un libro para llorar'. A la larga, los libros más apetecidos son aquellos que vinculan nuestra propia experiencia, a través de los sentimientos, con personajes y situaciones presentadas con talento. Como dijo Van Gogh: 'El ser humano agregado a la naturaleza' ".

-¿Qué sucede con los clásicos frente a los nuevos títulos?
"En la variedad está el gusto. Uno puede fascinarse con la ternura de 'La hormiguita cantora y el duende Melodía', de Alicia Morel, o disfrutar de las asquerosidades de 'La familia Guácatela'. No son posiciones antagónicas. El tiempo dará el veredicto final, pero estoy a favor de un amplio repertorio".

-¿Nuestra literatura infantil trasciende al exterior?
"Es el gran desafío para cualquier persona que tenga la esperanza de poder vivir de los libros. A mí me han dicho: 'Bueno, cuando tengas que volver a trabajar de ingeniero'. ¿Qué? ¿A qué se refieren? Cuando tomé la decisión de entrar al mundo literario en el año 2001, tenía clarísimo que iba a ser con todo, con todo mi ímpetu y vehemencia.Claro que me sigue gustando la ingeniería, pero a lo que me dedico profesionalmente es a escribir. Para cruzar la frontera: perseverancia y paciencia, ora et labora, como dicen los benedictinos. En España ya se va a imprimir la segunda edición de 'Verónica la niña biónica' y después vendrá '¡Ay, cuánto me quiero!', que acaba de ser publicado en Colombia".

-¿La situación de este mercado en Chile es una tendencia global?
"Es divertido ver cómo se cumple el dicho de que el pasto del vecino siempre es más verde. Un agente literario italiano, que llevó mis libros a la feria de Frankfurt, me decía: 'Aquí no es como en tu país, tenemos una crisis de lectura a nivel de niños y jóvenes'. ¿Suena conocido? Como sea, efectivamente hay una positiva tendencia global; a estas alturas, el que siga pensando que la literatura infantil es un género menor, es muy ignorante o no tuvo infancia".

¿Quién es Mauricio Paredes?
Mauricio Paredes está casado, tiene 34 años, una hija y un título que poco se relaciona con su oficio: Ingeniero Civil de la Universidad Católica. Pero ejerció esa profesión sólo hasta el año 2001, cuando se consagró a la literatura. Desde entonces ha escrito siete libros para niños: "La cama mágica de Bartolo" (2002), "¡Ay, cuánto me quiero!" (2003), "La familia Guácatela" (2005), "El diente desobediente de Rocío" (2005), "Verónica la niña biónica" (2005), "Los sueños mágicos de Bartolo" (2006), y "El festín de Agustín" (2006). Sólo en este año 2007, estos títulos habrán vendido en conjunto 20.000 ejemplares. La delantera la lleva "La cama mágica de Bartolo" (con 25 mil ejemplares impresos), el primero de los tres títulos de Paredes, que son lectura recomendada por el Ministerio de Educación. Paredes fue elegido uno de los "100 líderes 2007" y preside Ibby Chile, sede local de la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil.


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